Los gobernantes manchúes de la dinastía Qing (1644-1911) heredaron la gran proeza que suponía el Gran Canal que unía el norte y el sur del país y conectaba los principales sistemas fluviales que corren de oeste a este. Procedentes de las montañas, bosques, prados y humedales del noreste de China, más allá de la Gran Muralla, los manchúes lograron atravesar la barrera que delimitaba las prácticas de la agricultura sedentaria y del pastoreo nómada. Los emperadores de la Dinastía Qing crearían un imperio que se traspasaba ambos lados de las murallas y que se extendía por Mongolia, hacía el norte hasta topar con el sur de Siberia y hacia Asia central.
La supervisión de las líneas de transporte mantenidas durante el gobierno de la dinastía manchú fue una tarea importante para sus emperadores Kangxi y Qianlong, quienes gobernaron China durante sus niveles históricamente más altos de prosperidad durante los siglos XVII y XVIII. Para alcanzar ese estado de prosperidad, Kangxi y Qianlong recuperaron una antigua tradición, una antigua práctica política china sagrada, la gira imperial de inspección o progreso imperial. Los viajes de inspección al sur (nanxun) a través del Gran Canal, así como por carretera, se convirtieron en acontecimientos de gran relevancia para la administración imperial de los diferentes gobiernos manchúes.
La siguiente imagen, del reconocido paisajista Wang Hui, retrata uno de estos viajes en una serie de doce pergaminos de gran tamaño. Este pergamino, el tercero del conjunto, destaca la visita del emperador al Monte Tai, el Pico Sagrado del Este de China. Más información sobre la obra.
En una sutil maniobra política, en referencia a estas expediciones y tratando de igualar el éxito de las políticas económicas y los logros políticos de estos dos emperadores; Deng Xiaoping, a principios de 1992, emprendió él mismo lo que se describió oficialmente como una gira de inspección hacia el sur (nanxun), viajando a Shanghai y a la provincia de Guangdong. De esta manera, Deng Xiaping señalaba a la nación el compromiso del Partido Comunista con la reforma económica y la prosperidad del mercado después de algunos años de lasitud tras los acontecimientos de la primavera de 1989.
Expediciones imperiales
La persistencia de las asociaciones de la gira imperial de inspección (denominadas de forma diversa xun y xunshou) hasta el día de hoy, nos recuerda que los términos ya tenían asociaciones antiguas durante los reinados de Kangxi (1662-1722) y Qianlong (1736- 1795).
Se dice que el legendario gobernante Shun se embarcó en una gira de inspección que duró un año, viajando a las montañas sagradas de la nación donde ofreció diferentes sacrificios. Para él, la gira fue una extensa peregrinación religiosa. Sin embargo, con el tiempo, la dimensión ritual de la institución que se le atribuye haber establecido, se volvió más política. Tales recorridos podrían realizarse dondequiera que se extendiera el dominio monárquico. Durante las dinastías Zhou occidental y oriental, las giras de inspección llevaron a los gobernantes a los dominios de quienes les debían lealtad.
El primer emperador de China, conocido en la historia como Qin Shihuang (221-210 a. C.), adoptó la gira de inspección a pesar de que aparentemente abandonó muchos de los accesorios rituales de la corte Zhou anterior y de sus vasallos, entre ellos el estado de Qin. No obstante, la mayoría de los viajes de inspección de Qin Shihuang fueron a la costa este. Incluso más allá, a las Islas de los Inmortales. Varios lugares que han sido motivo de diferentes excavaciones e investigaciones arqueológicas a lo largo de las costas de las provincias de Hebei y Liaoning rinden homenaje a la arrogancia del primer emperador que buscó ansiosamente el elixir de la inmortalidad e intentó reunir flotas para zarpar hacia la legendaria tierra de Fusang para obtenerlo. Dos posibles monumentos a este esfuerzo se pueden ver en la localidad costera de Beidaihe en Hebei: un pedestal de piedra de dudosa antigüedad que documentaría esta primera gira de inspección, y lo que los arqueólogos han identificado como un lugar sin excavar en la cima de una colina con vistas a una base naval que podría tratarse de la posible ubicación de una logia imperial o palacio independiente (xinggong) que se construyó para su residencia durante una de estas expediciones.
El xinggong (también llamado jiangong, palacio simple) fue una forma arquitectónica nacida de tales giras imperiales. El uso por parte de un emperador de los alojamientos xinggong tenía la intención de recordar a los súbditos la autosuficiencia del emperador, la modestia de los medios y la negativa a aceptar los lujosos alojamientos proporcionados por los anfitriones locales.
La atención a esta tradición es evidente en los álbumes de ilustraciones que registran las expediciones al sur de Qianlong (Gao Jin, 1771), en los que muchas hojas estaban dedicadas a ilustraciones en madera de logias imperiales, recordándonos que a menudo se trataba de alojamientos modestos junto a templos, residencias oficiales o áreas reservadas en oficinas gubernamentales.
Antes de la dinastía Qing, fueron los conquistadores marciales, como Qin Shihuang y Han Wudi (140-87 a. C.), quienes fueron más activos en el empleo de la institución de la gira de inspección. El emperador Sui Yangdi (605-618), que construyó el Gran Canal, también fue un intrépido inspector de su reino, siendo su medio de transporte favorito una flotilla de dragones y un carruaje preparado para sus placeres, pero la prodigalidad de sus gastos drenó las arcas de la nación. No obstante, el Gran Canal sentó las bases para la prosperidad de la posterior dinastía Tang (618-907).
Los emperadores Tang perpetuaron la institución dentro de estrechos parámetros ritualizados y, en general, limitaron sus giras a visitas rituales al templo confuciano del Monte Taishan. Howard Wechsler señala que el recorrido formal de inspección en el que el emperador, la corte y el ejército viajaban en masa, debía ser utilizado con moderación por cualquier régimen. En su estudio del ritual Tang, señaló que los recientes excesos del emperador Sui Yangdi a este respecto proporcionaron una amplia advertencia para los primeros emperadores Tang. (Howard J. Wechsler, 1995). El emperador Gaozong (626-249) fue quien hizo mayor uso de estas xunshou entre los primeros emperadores Tang, pero la emperatriz Wu pudo ser quien lo alentara a ello. En cualquier caso, no se embarcó en estas espediciones a la ligera. Y, de hecho, no se puede decir que los primeros emperadores Tang, en general, hayan excedido la regla del Shangshu de que un gobernante solo debe realizar una gira cada cinco años.
Expediciones de la Dinastía Qing
Después de la dinastía Tang, la institución de la gira de inspección no se revitalizó hasta la llegada de la dinastía Qing. El reinado del emperador Kangxi supuso la consolidación del poder Qing y el inicio de un nuevo período de prosperidad. En el transcurso de su reinado de sesenta y un años, Kangxi emprendió seis expediciones al sur (1684-1685, 1689, 1699, 1704, 1705 y 1707). Era muy consciente de que estas expediciones eran necesarias para mantener parcialmente controladas las zonas del sur, y a menudo aludía a las expediciones llevadas a cabo por las dinastías Zhou, Qin, Han y Tang para allanarse el camino de cara a la una mayor aceptación del pueblo, mostrando lealtad hacia la propia etnia mayoritaria Han. El patrón de las expediciones regulares al sur fue repetido por su nieto, el emperador Qianlong. Este también evocó conscientemente las imágenes románticas de las expediciones de sus predecesores construyendo grandes imperios y creando prosperidad para ganarse el favor general.
Además de sus inspecciones en el sur a lo largo del Gran Canal, los emperadores Kangxi y Qianlong también realizaron viajes de inspección a Shandong, a su patria nororiental en Manchuria y a varios lugares sagrados (incluida la montaña Wutai). Sin embargo, fueron sus giras por el sur las que fueron la pieza central de su interacción con sus súbditos chinos, al mismo tiempo que indicaron la naturaleza itinerante de la corte Qing, que se mudó en varias épocas del año desde la Ciudad Prohibida de Beijing al palacio jardín Yuanming Yuan (al noroeste de la capital), y en pleno verano a la Residencia de Montaña de Chengde, nombrada patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1994.
Emperador Kangxi
En los años de guerra que siguieron a la invasión manchú, las vías fluviales y los ríos del este y sur de China fueron descuidados, lo que provocó un aumento de las inundaciones. Al asumir el trono, el emperador Kangxi determinó que las tres principales tareas que debía abordar eran: la insurgencia de los tres gobernantes feudatorios (Sanfan) en el sur de China, la gestión del río Amarillo (zhihe) y otras vías fluviales, y la regularización de los envíos de cereales tributarios del sur. Según una nota en La biografía de Jin Fu en Qing shi gao (Borrador de la historia de la dinastía Qing), este escribió una promesa a tal efecto en una columna del palacio para señalar su determinación.
La pesada carga de sedimentos arrastrada río abajo por el río Amarillo en primavera y verano significó que el río podría cambiar de curso después de las inundaciones. Al comienzo del reinado de Kangxi, el río ya no desembocaba en el océano en Henan sino en el norte de Jiangsu y, en las cercanías de Huaiyin, fluía peligrosamente cerca de la confluencia del río Huai y del Gran Canal, lo que representaba una gran amenaza de fuertes inundaciones. Un desbordamiento excesivo del río Amarillo también desembocó en el propio Gran Canal, impidiendo el flujo del río y haciendo prácticamente imposible el transporte a lo largo del mismo. No solo era necesario el dragado, sino que también era necesario reparar y reconstruir los muros de contención para que el río Amarillo mantuviera su nuevo curso. Estas tareas de ingeniería debían abordarse para mantener el flujo anual requerido de cuatro millones de dan (una unidad de medida seca equivalente a 100 litros) de arroz transportado desde el sur a la hambrienta capital, esencial para guardar el orden social y mantener el dominio imperial.
El temprano trabajo hidráulico bajo el mandato de Kangxi se centró en Qingkou -la actual ciudad de Qinjiang, Jiangsu- al este del lago Hongze, donde los ríos Amarillo y Huai convergían y amenazaban al Gran Canal. Tras las graves inundaciones de 1676, el emperador envió a Jin Fu (1633-1692) para que se hiciera cargo de la gestión del río Amarillo, y en 1684 Kangxi emprendió su primer viaje de inspección para ver cómo habían progresado estos esfuerzos de ingeniería. La inspección de los proyectos de gestión del agua se convirtió en un deber que asumió durante sus cinco viajes posteriores, y en el transcurso de estos, el pensamiento del emperador sobre el control del agua experimentó un cambio. Cuando, a principios de 1685, el emperador vio por primera vez la destrucción de las casas y los campos de los agricultores en el condado de Qinghe, la prefectura de Huai’an y en el lago Gaoyou, se sintió impulsado a aliviar la difícil situación de los agricultores defendiendo una política de dragado en la desembocadura del Río Amarillo; a pesar de que esto lo puso en conflicto con Jin Fu. Sin embargo, el dragado resultó en que el agua de mar viajaba tierra adentro una distancia mayor, después de lo cual el Emperador tuvo que reconocer que las políticas que había estado alentando fueron erróneas y que las de Jin Fu fueron las acertadas.
Ya en 1687, Jin Fu había presentado un plan para controlar las inundaciones en el centro de Jiangsu mediante la construcción de un dique paralelo al que se encontraba a lo largo de la orilla oriental del lago Hongze, que desviaría las aguas hacia el norte, hacia Qingkou, y hacia el sur hacia el río Yangtze. Otros funcionarios se opusieron a este plan, pero mientras tanto, Jin Fu había supervisado con éxito la construcción de un canal llamado Zhonghe, que tenía aproximadamente 150 kilómetros de longitud y corría paralelo al río Amarillo al norte de Qinghe, mitigando así el peligro para el transporte de granos en esa sección del río Amarillo (Sun Peiren & Bu Weiyi, 1987). Después de muchos años de experiencia personal, el emperador adoptó una nueva política que enfatizaba que la clave para la buena gestión del río Amarillo residía en mantener un mejor flujo del agua río arriba. Pero fue solo durante la tercera expedición de Kangxi (1699) cuando el plan de Jin Fu de 1687 finalmente fue adoptado y se implementaron las medidas adecuadas para la gestión del flujo de agua. El lecho del río Amarillo se dragó profundamente, el agua se desvió hacia Qingkou y el Yangtze, y se eliminaron algunos de los terraplenes a lo largo del río Amarillo.
El emperador Kangxi también buscó extender el control del gobierno central sobre el sur y, para ayudar en esto, recurrió a la consagrada filosofía administrativa del confucianismo. En 1684, durante su primera expedición al sur, se propuso viajar a través de Qufu en la provincia de Shandong. Allí realizó una visita personal al Templo de Confucio donde realizó las tres postraciones y nueve genuflexiones, el máximo acto de respeto. También escribió un elogio para Confucio, Maestro de diez mil generaciones (wanshi shibiao) para colgarlo en el Salón Dacheng en el templo del sabio, que juró reparar. Esta promesa de patrocinio imperial renovado después de un largo período de abandono fue una medida política aprobada por los burócratas chinos, quienes también se sintieron alentados por el reclutamiento especial de candidatos a exámenes del sur que tuvo lugar durante la expedición al sur del emperador.
La mayoría de los historiadores chinos señalan con aprobación la intención declarada de Kangxi de practicar austeridades en el curso de estos viajes. No se iban a construir rutas especiales o logias imperiales para acomodar al emperador y su partido. En Huainan, por ejemplo, el emperador permanecería en la casa del gobernador a cargo del transporte de granos. A su vez, en Suzhou y Hangzhou el emperador se alojaría en la residencia del controlador de fabricación de seda. El emperador también hizo hincapié en dispensar caridad en cuanto a los impuestos locales para los hogares que necesitasen ayuda con emergencia como resultado de las inundaciones. Sin embargo, las expediciones al sur implicaron redespliegues monumentales de la parafernalia y el personal de la corte.
El emperador Kangxi encargó una serie de enormes pinturas en pergamino que documentaban las expediciones al sur. La obra pictórica del recorrido de inspección del sur del emperador Kangxi (1689) originalmente constaba de doce secciones, pero algunas se han perdido o están incompletas. El emperador aparece una vez en cada sección de la obra. Este considerable proyecto tardó seis años en completarse y fue supervisado por Cao Quan de la Casa del Palacio Imperial. Aunque el pintor principal fue Wang Hui (1632-1717), otros artistas contribuyentes fueron Yang Jin, Leng Mei, Wang Yun y Xu Mei.
Emperador Qianlong
Aunque el sucesor del Emperador Kangxi, el Emperador Yongzheng (1723-35), no viajó al sur, el posterior Emperador Qianlong (1736-1795), en poco más de 30 años, emprendió seis giras de inspección por el sur (1751, 1757, 1762, 1765, 1780 y 1784). Las primeras cuatro de ellas se llevaron a cabo en compañía de su madre, los dos últimos viajes se realizaron después de su muerte. En cada expedición, el grupo real y el séquito dejaron Beijing en el primer mes después de la conclusión de las celebraciones del Año Nuevo en la corte y viajaron por tierra a través de Zhili y Shandong hasta Qingkou en Jiangsu, donde cruzaron el río Amarillo y luego avanzaron en barco por el Gran Canal, pasando a su vez por Yangzhou, Zhenjiang, Danyang, Changzhou y Suzhou. Después de entrar en Zhejiang, continuaron por el canal a través de Jiaxing y Shimen hasta Hangzhou. La ruta de regreso pasó por Jiangning (Nanjing), donde el emperador presentó sus respetos en el mausoleo del emperador Taizu de la dinastía Ming e inspeccionó las tropas. El grupo regresó a Beijing entre los últimos diez días del cuarto mes lunar y el comienzo del quinto mes. El viaje completo cubrió casi 2.800 kilómetros.
Novelas tan populares como Qianlong huangdi you Jiangnan (El emperador Qianlong viaja a Jiangnan) y Qianlong you Jiangnan (Qianlong viaja a Jiangnan) han sugerido que, para el emperador Qianlong, los placeres del sur eran el motivo primordial que lo impulsaba a decidir sobre el desembolso de los gastos involucrados. Una escuela de pensamiento ficticia, basada en rumores históricos, sugiere que el emperador Qianlong era de hecho el hijo de una mujer sureña del clan Chen de Haining intercambiada por su padre, el emperador Yongzheng, por una hija no deseada. Las muchas expediciones al sur de Qianlong fueron consideradas por algunos novelistas como el juego del instinto de un hijo adoptivo que buscaba a su familia de carne y hueso. La historia tiene poca credibilidad, pero emana de una vasta literatura popular que imagina a los emperadores Kangxi y Qianlong viajando en mufti y probando lo vox populi por sí mismos. Algunas películas dirigidas en 1920 (Qianlong you Jiangnan, Parte 1, 1929) han adaptado algunas de estas historias. Hoy en día, innumerables series de televisión de varios episodios prueban las posibilidades cómicas e irónicas que plantea este tema de la celebridad no reconocida. Cabe señalar que estas series demuestran ser extremadamente populares en un país donde los líderes de hoy nunca deambulan por las calles y solo se los ve en escenarios con guiones previamente ensayados. Los motivos políticos detrás de los progresos del Emperador Qianlong son muy debatidos. Sin embargo, en su propio ensayo titulado simplemente Yuzhi nanxun ji (Un relato imperial de la gira de inspección del sur), Qianlong registró que los dos mayores logros de su reinado fueron su mando personal -el de los ejércitos que hacen campaña contra los mongoles y otros rebeldes en el oeste (xishi)- y sus inspecciones en el sur (nanxun) (Sazai et al, 1983).
Muchos historiadores sugieren con más sobriedad que las expediciones al sur del emperador Qianlong fueron necesarias por la primacía económica del sur para la prosperidad del gobierno Qing. Durante el reinado de Qianlong, el imperio alcanzó el cenit de su prosperidad y el área de Jiangnan era la parte más rica de China. Sus viajes no solo sirvieron para perpetuar el gobierno efectivo de su abuelo, sino que también brindaron un respaldo continuo al monopolio de las economías de Suzhou, Yangzhou y otras áreas.
La tendencia entre los historiadores, sin embargo, defiende que:
las expediciones al sur fueron maniobras que sirvieron casi exclusivamente como instrumentos de administración y formulación de políticas, especialmente en el ámbito del control del agua.
Michael C. Chang
En cinco de sus viajes, el Emperador Qianlong inspeccionó los proyectos de ingeniería en el lugar para controlar los ríos Huai y Amarillo y en cuatro ocasiones inspeccionó personalmente los terraplenes de Jianghai en Zhejiang. Estas empresas estaban cerca del corazón político del sur, que era una fuente de inquietud bajo un barniz funcional de estabilidad social.
Ninguna tarea de las expediciones al sur es más importante que supervisar el mantenimiento del río Amarillo
Emperador Qianlong, en su Yuzhi nanxun ji.
En las primeras cinco de sus seis expediciones, se propuso inspeccionar las instalaciones de conservación de agua del río Amarillo en Qingkou y Gaojia Dyke (en la orilla oriental del lago Hongze) en la confluencia de los ríos Amarillo y Huai. La inundación del río Amarillo provocó una fuerte sedimentación en el Gran Canal que interrumpió el transporte de granos y afectó negativamente la estabilidad social. Qingkou, donde el río Amarillo entraba al mar, y Gaojia Dyke eran instalaciones vitales para el control del flujo del río Amarillo. Después de inspeccionar los diques en Huai’an, el emperador planeó construir cinco diques más en el lago Hongze y complementar el dique de Gaojia con un aluvión de piedras. También ordenó que se construyera un terraplén cerca de Gaoyou y una esclusa en Qingkou, de modo que cuando el agua de la inundación estuviera a su altura, la esclusa se pudiera cerrar. También reemplazó los terraplenes de tierra del Canal Ji al Gran Canal con terraplenes de ladrillo. Todas estas medidas fueron efectivas. Al mismo tiempo, otorgó recompensas a aquellos funcionarios que hicieron contribuciones al control y manejo de inundaciones del Río Amarillo. En 1757, ofreció sacrificios en el templo al recientemente fallecido Wen Bin y a Jin Fu, entre otros funcionarios que habían servido al emperador Kangxi, para demostrar que las contribuciones de estos funcionarios no habían sido olvidadas.
El Emperador Qianlong también realizó varias visitas a los diques oceánicos. Si los diques se rompieran cuando la marea anual fluyera a lo largo del río Qiantang en Hangzhou, se producirían inundaciones catastróficas en los condados de Haining y Renhe, y también se producirían inundaciones en otros lugares cercanos, como Hangzhou, Jiaxing, Huzhou, Suzhou y Changzhou. Desde su tercera expedición en adelante, Qianlong se propuso inspeccionar los rompeolas de Haining y, con el paso del tiempo, vio que los diques de piedra reemplazaban a algunos de los diques de madera anteriores.
Mediante la observancia de las ceremonias de sacrificio, el emperador Qianlong, al igual que su abuelo, también trató de cooptar a los literatos como clase. Las ceremonias de sacrificio y los rituales conmemorativos que observó se dividen en tres clases. Los primeros fueron en templos dedicados a deidades particulares, los segundos fueron grandes ceremonias de sacrificio realizadas en los mausoleos de los emperadores y reyes ancestrales o en el Templo de Confucio, y el tercero fueron ceremonias conmemorativas celebradas en los templos o tumbas de personajes históricos eminentes. El emperador Qianlong dedicó la mayor parte de su atención a los sacrificios de segundo orden. Personalmente realizó sacrificios rituales en Mingling, el mausoleo del primer emperador de la dinastía Ming, Ming Taizu (Zhu Yuanzhang), y en el mausoleo del legendario Gran Yu en Kuaiji (Shaoxing) en Zhejiang.
Sin embargo, un viaje a Shandong en 1748, aparentemente para visitar el santuario de Confucio en Qufu para realizar rituales, tenía el objetivo más importante: inspeccionar las áreas devastadas por la sequía y el granizo el año anterior y dispensar ayuda. En un poema que documenta esto, en Shandong el año pasado, las prefecturas y los condados agobiados por el desastre eran muchos (Shandong shangnian beizai zhouxian poduo), Qianlong expresa su compasión:
Pensando en las acequias llenas (de cadáveres de hambre), ¿Cómo puedo dormir en paz en las profundidades del palacio? Ayer entré por primera vez a la zona afectada; Lo que vi todavía no puedo soportarlo.
Como resultado del viaje de campo del emperador, se distribuyó grano de socorro en varias prefecturas y condados que contaban con numerosa población, incluidos Shouguang, Anqiu, Yidu, Licheng y Qihe. Y se extendió la exención del impuesto a los cereales a las zonas afectadas. En el verso 17 del mismo poema, el emperador comenta que tal desgravación fiscal (xiuzhu) era una antigua institución sagrada, refiriéndose indirectamente al sistema idealizado del campo de pozos que fue ensalzado en Mencio.
En el transcurso de las giras de inspección de Qianlong se implementaron otras medidas de socorro. Las reducciones en el impuesto anual al contado y a los cereales se extendieron a las zonas por las que pasaban las expediciones. Se extendió una reducción del 30% en el impuesto anual a Zhili, Shandong y Jiangsu en el año en que pasó una expedición, y se extendió una reducción del 50% a las áreas que habían recaudado socorro en casos de desastre, como la capital provincial Jiangning y Suzhou, entonces simultáneamente la capital de la provincia de Jiangsu. En las zonas por las que pasaron expediciones sureñas, se redujeron las penas de algunos condenados, a modo de amnistía. Durante la última expedición al sur de Qianlong, el emperador decidió mostrar su cuidado y preocupación por los residentes de las áreas afectadas por la sequía extendiendo la reducción de las condenas impuestas a los criminales en Jiangsu, Anhui y Zhejiang, y a quienes también vivían en Zhili y Shandong.
Registrar sus acciones en poesía era habitual para el emperador Qianlong. Con casi 40.000 poemas escritos en su nombre, Qianlong fue el más prolífico de los poetas emperadores de China. Si bien muchos críticos sospechan de la calidad de una producción tan amplia de escritos, los poemas a menudo brindan comentarios frescos y, a veces encantadores, sobre lugares y eventos, y son accesibles para el lector moderno. Los poemas que compuso en el transcurso de sus expediciones al sur ejemplificaron su respeto por la historia cultural de las áreas por las que viajó, y este respeto fue saboreado en sus inscripciones que posteriormente fueron exhibidas en sitios culturales.
Los poemas complementan el espectáculo visual de las expediciones al sur registrados en los voluminosos pergaminos realizados por los pintores de la corte, al agregar la voz personal del actor central en estos avances. Por ejemplo, en un poema escrito durante una visita a la Colina del Tigre en Suzhou, en su tercera expedición al sur en 1762, el emperador Qianlong se burló de parte de la mitología popular en torno a la visita al sitio de Qin Shihuang. La historia de que la espada de Qin Shihuang golpeó la colina rocosa y la partió para revelar un manantial oscuro y posiblemente sin fondo, que llegó a llamarse estanque de la espada (Jian Chi), enfureció a Qianlong. En un poema preguntó:
¿Quién puede creer que una espada en vuelo podría haber formado estas rocas?
Es difícil determinar a partir de su petulante artículo si la ira de Qianlong se dirigió hacia Qin Shihuang, o fue ocasionada por la irritante credulidad de sus informantes locales. En la línea siguiente de este breve artículo, Qianlong se consoló con el hecho de que Confucio se negó a hablar de lo sobrenatural. Quizás Qianlong estaba molesto por la atribución de poderes sobrenaturales a Qin Shihuang y le dolió que no alcanzara a su predecesor a los ojos de los lugareños. Podría ser una expresión de la sensibilidad de los manchúes hacia la hostilidad del sur de China, porque la primera línea del poema:
Las montañas y los ríos nacen como parte del orden cósmico
podría leerse como una afirmación de que su derecho a gobernar la extensión geográfica de la nación estaba tan firmemente basada en principios cósmicos como la de cualquier otro emperador chino.
Registrado en poesía, el progreso de un emperador chino era bastante diferente al de un emperador romano que se esforzaba en pronunciar un discurso a los ciudadanos de las ciudades que visitaba. Los ricos habitantes de los dominios del sur del emperador, ejemplificados por los comerciantes de sal de Yangzhou, erigieron escenarios a lo largo de la ruta para ser montados o navegados por el inmenso cortejo imperial y desde estos improvisados teatros cubiertos de seda, los artistas contratados, o previamente contratados para la ocasión cantarían arias en estilos de ópera local como ofrendas a su máximo señor. Las barcazas imperiales pasarían por los muchos escenarios teatrales que sobresalían de los canales y se desplazaban a través de muestreos de melismata o percusión. La noción de filas de puestos callejeros (goulan) que producen una tarifa musical se remonta a la dinastía Yuan. Una rica descripción verbal de estos entretenimientos ofrecidos aparece en Yangzhou huafang lu (Un registro de los barcos decorados de Yangzhou) y, visualmente, una actuación dramática durante un progreso de la flota Kangxi se captura mejor en este detalle de otra de las obras de Wang Hui.
Las expediciones imperiales al sur también incluyeron revisiones de tropas por parte del emperador en los centros provinciales de Hangzhou y Jiangning, mientras que se llevaron a cabo revisiones de tropas más pequeñas en Jingkou, Suzhou y Jiaxing. La dimensión militar de las giras de inspección se ve reforzada por el hecho de que el emperador iba acompañado de fuerzas armadas, incluido el equivalente de la marina. Las revisiones de tropas se diseñaron para asegurar el control militar del sureste, donde se concentró la resistencia anti-manchú después de la invasión Qing de China.
Fin de los excesos
El fin del exceso
Coincidiendo con épocas de prosperidad, las expediciones al sur demostraron ser un drenaje cada vez mayor de recursos, a pesar de la austeridad inicial que se consideraba que representaban. Los viajes posteriores resultaron en gastos generosos durante cuatro o cinco meses. Y durante el año anterior a cada expedición, un príncipe del reino asumía el título de plenipotenciario a cargo de los viajes y las actividades, inspeccionaba la ruta y preparaba un itinerario y un horario detallados. Se requeriría que los funcionarios locales hicieran preparativos elaborados, preparasen caminos y construyesen xinggong. Todo esto sucedía a pesar de los repetidos llamamientos a la austeridad que se emitían en los edictos imperiales.
Los funcionarios locales compitieron tanto a la hora de presentar sus respetos mediante diferentes obsequios, que muchos artículos de lujo subieron demasiado de precio. Además, todos los funcionarios dentro de los treinta li de la ruta por la que atravesaba la expedición debían usar lujosos trajes de corte para la ocasión. No hace falta decir que la corrupción local se disparó y los pobres se vieron perjudicados por esta fiesta del gasto oficial. Este fue un efecto que el Emperador Qianlong nunca había imaginado que ocasionarían sus expediciones. Yangzhou xinggong mingsheng quantu (Paisajes ilustrados completos y logias imperiales de Yangzhou) registra que, para recibir al Emperador Qianlong durante una visita a Yangzhou, los comerciantes de sal de Lianghuai acumularon fondos suficientes para construir o renovar 5.154 habitaciones palaciegas y 196 pabellones y adaptarlos generosamente. Yangzhou experimentó todo un auge sin precedentes en la construcción de alojamientos de lujo. Este fue un patrón que se repitió en otros centros urbanos, incluidos Zhenjiang, Suzhou, Hangzhou y Jiangning, donde se alojaba al emperador. El gasto excedió la capacidad de estos pueblos para cubrir sus recorridos.
Así pues, las expediciones resultaron en última instancia perjudiciales para el dominio dinástico. El resultado neto fue que, si bien las expediciones del emperador Kangxi dieron como resultado un buen gobierno en el sur, las giras posteriores de inspección del emperador Qianlong exacerbaron las tendencias hacia la corrupción y la anomia social. Con el tiempo, lo que en un principio parecía una buena idea se convirtió en lujosos ejercicios de exhibición y ostentación. Parte del deterioro y el declive en la región del Gran Canal durante los años finales del reinado de Qianlong, con problemas fiscales, se pueden vislumbrar en las bucólicas ilustraciones en color de agua producidas por William Alexander, quien acompañó a George Macartney, 1er Conde de Macartney, en su embajada ante la corte de Qianlong en 1793. Había pasado casi una década desde la última vez que Qianlong navegó por el Gran Canal en una gira de inspección por el sur y la podredumbre claramente se había establecido.